miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ya volví de Varsovia

Plaza entre zona vieja y Palacio Real

Plaza del mercado Restaurante Fukier



Varsovia desde las alturas



Hotel Intercontinental

Restaurante Palacio Real













Las murallas





Iglesia

















Mercado improvisado


Zona moderna

















Zona soviética









Edificio de la Cultura



Avenida con tranvía














Sala Congresos







Ya he vuelto de Varsovia. Ciudad enorme, ancha, muy ancha. Gente amable, aunque no muy sonriente, y muchas polacas y polacos.

Gastronómicamente muy recomendable, sobre todo para los que les gusten las sopas fuertes y el pato. Muy buen goulash, stik tartare, raviolis de patata rellenos de carne, arenques, y la repostería fabulosa.

Los vinos siempre de otros países y algo caros, el vodka maravilloso, sobre todo el Chopin de patata y la cerveza muy buena.

El precio muy asequible, por 25-30 € buenas comidas en restaurantes muy buenos. Yo estuve en el Fukier, Polska Tradykja, el restaurante del Palacio Real y el Castelan, más modesto en un lateral del Instituto Cervantes pero con muy buena comida y buen precio. Los dos primeros tienen web.

martes, 17 de noviembre de 2009

DÉCIMAS BURLÁNDOSE DE TODO ESTILO AFECTADO, A TOCAYO ENVENENADO (Jorge Nagore)

[ I ]
Con tres estilos alanos
quiero asirte de la oreja,
porque te tenga mi queja
ya que no pueden mis manos.
La habla de los cristianos
es lenguaje de ramplón;
por eso va la razón
de un circunloquio discreto
en retruécano y concepto,
como en calzas y en jubón.

[ II ]
Amar y no merecer,
temer y desconfiar,
dichas son para obligar,
penas son para ofender.
Acobardar el querer,
cuando más valor aplique,
es hacer que multiplique
el miedo su calidad,
para más seguridad.
(¡Tómate este tique-mique!)

Lágrimas desconsoladas
son descanso sin sosiego,
y diligencias del fuego,
más vivas cuando anegadas.
Las memorias olvidadas
en la voluntad sencilla
son golfo que miente orilla,
son tormenta lisonjera,
en donde expira el que espera.
(¡Qué linda recancanilla!)

El tener desconfianza
es tener y presumir,
y apetecer el morir
mucho de grosero alcanza.
Quien osa tener mudanza,
se culpa en el bien que asiste;
y quien se precia de triste,
goza con satisfacción
la pena por galardón.
(¡Pues pápate aqueste chiste)

Hasta aquí de Don Francisco copiado
que tanta pluma Dios no me ha dado.

Y a partir dáquesta letra sencilla
yo también intento decimilla

[III]
Si escribiendo octavilla
tramas ofensa y chanza
dá claro que no alcanza
más allá de la mirilla.
Navaja gangrenada
sólo araña la piel
que ofensa y mentira fiel
no hiere a gente honrada
mejor te des patada
(ya que yo ni de pasada).

[IV]
La mentira a sabiendas
la ignorancia supina
la malababa alpina
hacen que te enciendas.
Mejor paciencia en mano
que amargura en la pluma
mejor marioneta que suma
que picor en el ano.

[V]
Me despido a su servicio
sin rencor acumulando
pero en este caso clamando
como Don Juan al inicio:
¡Cuán gritan estos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
Si, concluyendo la carta,
No pagan caros sus gritos!

Más indignación

El periodista Jorge Nagore, columnista del Diario de Noticias, sigue en su línea de conjuntar crítica política y descalificaciones personales, cuando no insultos.
El otro día me llamó teleñeco, refiriéndose a nuestra actitud política en el Ayuntamiento de Pamplona. Dijo que ya gobernábamos con UPN y PP. Todo esto lo acompañó con un "quien te ha visto y quien te ve" y "lo que hace depender de un sueldo".
Lo de teleñeco hasta puede hacer gracia, lo del gobierno es una apreciación suya que no comparto y respeto, pero lo del sueldo me parece una manipulación indignante.
Intentar hacer creer a los lectores que mi "actitud condescendiente" es por que dependo del sueldo que me pagan, es una traperada. Él sabe que soy funcionario municipal, ganado a pulso en oposición pública, y que el sueldo lo tengo garantizado fuera de la política, por lo que le aseguro que de lo que me acusa no tiene ningún sentido. A no ser que sea por su propia maldad.
Es curioso que quien cobró varios años el sueldo por su trabajo a dedo en dos Consejerías del Gobierno de Navarra, de UPN por cierto, se rasgue las vestiduras por actuaciones políticas coincidentes de los demás (siempre será su opinión).
Por cierto, las mías actuaciones políticas, las suyas de confianza directa de políticos de la derecha que de las que ahora parece renegar en el culo de los demás.
En fin, cosas de la vida. La suya, por supuesto.

Indignación

Ha causado indignación la resolución final por el homicidio de Nagore Laffague. La familia, el entorno y muchísima gente se ha visto defraudada. Yo, he de decir que también.
Se ha abierto otra vez el debate sobre los jurados populares. No es la primera vez que una decisión suya es rectificada por algún tribunal superior.
Me imagino que habrá recurso y que esta decisión será sometida a la opinión de los jueces.
He esperado unos días para escribir sobre esto para evitar el calentón emocional del primer minuto, pero desde el respeto a la justicia, espero con impaciencia este momento.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Breve historia, ahora en imágenes

Breve historia del orígen de los gigantes

Desde tiempo inmemorial, abren el cortejo los gigantes. Los que construyera Tadeo Amorena, hace 128 años. Pero el Ayuntamiento siempre ha tenido o ha buscado una comparsa de estos entrañables "monigotes" y de su escolta de cabezudos, kilikis y zaldikos.
Nadie sabe el origen de esta costumbre, ni cuál fue el motivo de su existencia. Podría pensarse en un origen religioso, puesto que su más remoto pasado se encuentra en las procesiones. Siendo así y buscando en la Edad Media, tiempo en el que la afición a las representaciones teatrales en el interior de las iglesias era grande, no será descabellado el pensar que pudieran ser recuerdo de aquellos personajes, imaginarios o históricos, de los que la iglesia se servía para poner de manifiesto las enseñanzas religiosas, en el devenir teatralizado de los sermones y actos litúrgicos. Si el teatro salió del altar al claustro primero y del claustro a la calle, después, no cuesta imaginar a los muñecazos de la representación sacramental iniciando el cortejo procesional. No hemos de olvidar que el cabildo de la Catedral siempre dispuso de una comparsa de gigantes, que en algunas ocasiones se cedieron al Ayuntamiento para sus fiestas propias. Esta teoría del devenir teatral sólo puede tener consistencia desde la buena voluntad de los crédulos, porque no tiene por el momento demostración documental. Lo que sí es cierto es que, en plena Edad Media, los gigantes precedían al cortejo de las procesiones, fuera cual fuera el origen de aquellos enigmáticos pero entrañables personajes.
Se habla de que en pleno siglo XIII, en la procesión de San Fermín, salían los gigantes, aunque quizás fueran realidad mayor en la imaginación de Campión que en la procesión que describe recorriendo la Navarrería.
Datos más documentados indican que en el año 1600 se pagaron cantidades a siete pamploneses, que bailaron los gigantes en la procesión del Corpus.
Cuarenta reales cobraron en agosto del mismo año "por el trabajo que tuvieron en andar con los gigantes el día del Bienaventurado San Roque y regocijar su fiesta por toda la ciudad". Figuran partidas de gasto en los libros municipales por arreglos efectuados en los mismos, maquillajes y vestimenta incluidos.
Pudieron suspenderse corridas de toros en señal de luto por la muerte de Felipe IV en 1666; sin embargo, no se prescindió de la salida festiva de "gigantes y gigantillas".
Pero llegó Carlos III, esta vez de España, y en 1780 mandó que "en ninguna iglesia de esos reynos, sea catedral, parroquia o regular, haya en adelante danzas y gigantones y cese del todo a la práctica en procesiones y demás funciones religiosas, como poco conforme a la gravedad y decoro que en ellas se requiere". Parece ser que a partir de entonces, los gigantes de la ciudad se deshicieron, desapareciendo por completo. Por su parte, los de la catedral se apolillaban y carcomían arrinconados.
Casi cincuenta años después, en 1813, alguien los encontró en los almacenes catedralicios y montándose uno, salió a la calle. La idea tuvo éxito y el municipio decidió volver a utilizarlos, a partir de entonces, en todos los festejos oficiales. Se pidieron al Cabildo en muchas ocasiones y en otras tantas el Cabildo complació las solicitudes.
Los que hoy existen, propiedad del Ayuntamiento, los construyó, como se sabe, Tadeo Amorena, en 1860. Dos por cada parte del mundo del que Don Tadeo tenía noticia.

Usos y costumbres del Ayuntamiento de Pamplona
Valentín Redín
Mayo de 1987

Medalla de oro, cohete y lo que haga falta



Carteles anunciadores de Fiestas de San Fermín

























Ya era hora de que se reconocieran tantos años, 150, de trabajo para la diversión de los niños y niñas de Pamplona.

¿Quién no ha llorado, reído, corrido y se ha emocionado con su sola presencia en nuestras calles, en tantos Sanfermines, grandes o txikis, Sansaturninos, Privilegios.....

Cuanta admiración han cosechado en tierras Lejanas, New York, Sevilla, Santiago de Composstela....

Y qué decir de sus componentes. No voy a personalizar en nadie, pero es una manera de agradecer el trabajo de tantas y tantas personas que han hecho posible que la Comparsa haya estado en la calle tantos años.