Frase atribuida a "Don Quijote" que realmente parece ser original de Rubén Darío y que se hizo popular gracias a la novela de Ricardo León "Cristo en los Infiernos", donde aseguraba que había sido pronunciada por Manuel Azaña. También en ocasiones, se atribuye la frase a "Vida de Don Quijote y Sancho", de Unamuno.
martes, 23 de junio de 2009
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