martes, 17 de noviembre de 2009

DÉCIMAS BURLÁNDOSE DE TODO ESTILO AFECTADO, A TOCAYO ENVENENADO (Jorge Nagore)

[ I ]
Con tres estilos alanos
quiero asirte de la oreja,
porque te tenga mi queja
ya que no pueden mis manos.
La habla de los cristianos
es lenguaje de ramplón;
por eso va la razón
de un circunloquio discreto
en retruécano y concepto,
como en calzas y en jubón.

[ II ]
Amar y no merecer,
temer y desconfiar,
dichas son para obligar,
penas son para ofender.
Acobardar el querer,
cuando más valor aplique,
es hacer que multiplique
el miedo su calidad,
para más seguridad.
(¡Tómate este tique-mique!)

Lágrimas desconsoladas
son descanso sin sosiego,
y diligencias del fuego,
más vivas cuando anegadas.
Las memorias olvidadas
en la voluntad sencilla
son golfo que miente orilla,
son tormenta lisonjera,
en donde expira el que espera.
(¡Qué linda recancanilla!)

El tener desconfianza
es tener y presumir,
y apetecer el morir
mucho de grosero alcanza.
Quien osa tener mudanza,
se culpa en el bien que asiste;
y quien se precia de triste,
goza con satisfacción
la pena por galardón.
(¡Pues pápate aqueste chiste)

Hasta aquí de Don Francisco copiado
que tanta pluma Dios no me ha dado.

Y a partir dáquesta letra sencilla
yo también intento decimilla

[III]
Si escribiendo octavilla
tramas ofensa y chanza
dá claro que no alcanza
más allá de la mirilla.
Navaja gangrenada
sólo araña la piel
que ofensa y mentira fiel
no hiere a gente honrada
mejor te des patada
(ya que yo ni de pasada).

[IV]
La mentira a sabiendas
la ignorancia supina
la malababa alpina
hacen que te enciendas.
Mejor paciencia en mano
que amargura en la pluma
mejor marioneta que suma
que picor en el ano.

[V]
Me despido a su servicio
sin rencor acumulando
pero en este caso clamando
como Don Juan al inicio:
¡Cuán gritan estos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
Si, concluyendo la carta,
No pagan caros sus gritos!

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